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El vino, el precio, el marketing y algunas extrapolaciones

15-12-2006

Jos Enebral Fernndez


"El precio del vino no est tan determinado por la excelencia del producto, como por el coste del marketing". Me qued con sta y otras declaraciones de Miguel Brasc, un respetado enlogo y escritor argentino, en una entrevista que le en el magazine de Aerolneas Argentinas, durante un vuelo reciente a Buenos Aires, desde Madrid. "El precio del vino es arbitrario", deca tambin este singular experto. Yo me detuve en estas declaraciones porque siempre me ha gustado encontrar buenos vinos a mejores precios, y saborear el vino y el descubrimiento.

Aquel vuelo a Buenos Aires no se me hizo tan largo despus de todo. Haca el viaje para disertar sobre la intuicin de los empresarios en unas interesantes jornadas que organizaba, como cada ao, Jos Mara Quirs en el hotel Hilton. Llegu a Argentina esperando poder degustar, al menos un poquito, sus buenas carnes y sus buenos vinos: apenas dispona de tres das. Pero dedico estos prrafos al marketing del vino, y concretamente a algunas ideas desplegadas por Brasc.

Yo, efectivamente, en mi inters por la relacin calidad-precio, haba conseguido en Espaa, hace unos 10 aos, por ejemplo, algunas cajas de los primeros Alin (del 91 y 92) a unos 8 10 euros la botella, y descubierto tambin vinos muy atractivos a precios bajos, procedentes de muy distintas regiones de nuestro pas. Recuerdo, entre otras aventuras enotursticas, haber conducido hasta una bodega de Camarena para comprar una caja de un vino que nos recomendaba Carlos Delgado; pero tambin recorr con mi mujer diferentes zonas vitivincolas espaolas en los aos 90, siempre buscando caldos atractivos a buen precio (por debajo de los seis euros, entonces mil pesetas).

"Si yo tengo una bodega -deca Brasc en la entrevista de Norberto Dupesso- que, por marketing, mucha publicidad y un gran esfuerzo pongo de moda, un vino de 10 pesos lo vender a 100 y la gente lo pagar. Ahora, cuando tomas un vino, no ests tomando vino, sino ese vino ms la poesa que lo rodea". Naturalmente -pens yo-, si uno desea rodearse de poesa debe pagarla, pero yo prefiero pagar por el vino el precio justo. "Siempre -continuaba Brasc- hay que comprar vinos que cuesten menos de 30 pesos (por debajo de 8 euros, al cambio, pens yo...); los que valen ms estn pensados para la exportacin".

Creo que en Espaa, donde tenemos muy buenos caldos y a muy interesantes precios, tambin puede haber precios disparados por el marketing (o por otras razones); de ah mi satisfaccin aadida al descubrir relaciones calidad-precio especialmente buenas. Al respecto de la calidad hay, dira yo, que saborear ms el vino, intentando descifrar todas sus cualidades, materializando todo su potencial de satisfaccin.

Este ao 2006 ha aparecido, por cierto y ejemplo, un nuevo vino en Navarra, Pago de Larrinzar (la bodega es propiedad del conocido financiero Miguel Canalejo), que creo que sale al mercado a unos 25 euros la botella, y tal vez lo comprara si lo encontrara; supongo que, tratndose de una nueva bodega, el alto precio debe corresponderse, casi todo l, con la calidad ofrecida (salvo que, como sugera Brasc, estuviera pensado para la exportacin...). Lo he ledo en Cinco Das: "Es un tinto moderno y fcil de beber. Tiene una nariz no muy intensa, aunque denota buenos aromas de fruta madura y tostados de madera (pimienta, ahumados, caf)".

Hace unos momentos, al ojear El Pas Semanal, he ledo en un texto de Carlos Delgado sobre nuestros tintos: "Hoy es posible comprar un excelente tinto por menos de 10 euros; en algunos casos mucho mejores que vinos que duplican el coste". Nos pone ejemplos: un vino de Burgos (9,2/10) a 7 euros; un vino de Cuenca (9,1/10) a 4,5 euros; un vino de Valladolid (9/10) a 6 euros; un vino de Tarragona (8,9/10) a 5,5 euros; un vino de Navarra (8,9/10) a 5,2 euros; un vino de Madrid (8,9/10) a 7,5 euros; un vino de Valencia (9/10) a 7 euros; un vino de lava (8,9/10) a 7 euros...

Trato de invitar al lector a saborear ms todo aquello que nos genere satisfaccin, y a pagar el precio justo. En el caso del vino, creo que no siempre lo saboreamos debidamente, y que podramos haber estado prejuzgando la calidad con el precio como indicador. Pero ahora deseo conectar con el escenario de nuestro desempeo profesional.


Las extrapolaciones

He querido, s, destacar la importancia de saborear -y oler: algo que se nos olvida- el vino, de disfrutar sus cualidades, de obtener el mximo beneficio del precio pagado; aqu es donde conecto con mis reflexiones ms habituales sobre el individuo, su desempeo profesional y la calidad de vida. Aqu es, en efecto, donde extrapolo para predicar el saboreo -que no la complacencia- en nuestra vida y nuestro trabajo. Hemos de saborear ms y mejor los buenos momentos, los logros, las relaciones, las cosas bien hechas, tanto en el trabajo como en lo dems.

La diferencia entre saborear un buen vino y beberlo pensando en otra cosa resulta abismal; no parece tener mucho sentido elegir un buen vino (y pagar un alto precio) si no vamos a saborearlo debidamente. Del mismo modo, nuestra vida -familiar y laboral- va perdiendo atractivo si no la saboreamos. A menudo, obsesionados con los fines perseguidos pasamos de largo por el aqu y el ahora, y nos perdemos parte de la vida. La atencin es ciertamente un recurso limitado y, para prestrsela a los fines, se la restamos a veces a los medios; pero a aqullos se llega a travs de stos y no de otro modo.

Las ventajas de gestionar debidamente la atencin son muchas, y apuntan a una mayor efectividad personal y una mejor calidad de vida. Podemos tomar la copa de vino de modo automtico o rutinario mientras pensamos en otra cosa, como tambin podemos dirigirnos de modo rutinario o mecnico a un cliente o a un colega, o conversar sin comunicarnos realmente, o leer un documento sin extraer el correcto significado de los significantes. Podemos llevar una vida con presencia autntica (mindfulness), o vivir fuera de nosotros mismos, a cierta distancia; pero parece ms recomendable lo primero.

Lo ventajoso es vivir cada momento con la presencia necesaria. Cuando ponemos suficiente atencin en lo que hacemos, favorecemos la sinergia entre la inteligencia racional y la intuitiva, catalizamos el flujo autotlico (recuerden a Csikszentmihalyi) y, desde luego, damos curso a todas nuestras capacidades: facilitamos su materializacin. Si, despus de haber invertido tanto en nuestro aprendizaje y desarrollo como seres humanos y como profesionales, acturamos mecnica o rutinariamente en nuestro trabajo, sin detenernos a pensar en cmo generar los mejores resultados, entonces estaramos ante un lamentable desperdicio.

Surgen grandes y pequeos logros que saborear cada da, si ponemos suficiente atencin en el aqu y ahora: conseguimos que alguien nos ayude y le damos las gracias; conseguimos, nosotros mismos, que alguien nos sonra y nos d las gracias; llegamos a un acuerdo con clientes o proveedores bajo el prisma del ganar-ganar; contribuimos a que nuestra rea de trabajo funcione con sinergia y efectividad en un determinado proyecto; alcanzamos los resultados esperados tras un esfuerzo mantenido; resolvemos un problema que nos inquietaba, actuando sobre su origen y no sobre sus sntomas; hacemos sonrer al director, de habitual serio y circunspecto; cursamos una reclamacin y se nos da la razn; tenemos una idea brillante que resulta valiosa; alguien reconoce nuestro esfuerzo extraordinario; nuestro cnyuge reacciona empticamente a un desahogo emocional nuestro; prevemos a tiempo una complicacin subyacente; la intuicin nos ayuda en un determinado asunto complejo...

Todos estos pequeos o grandes logros, todas estas victorias -si no resultan prricas- nutren nuestra calidad de vida a partir del saboreo correspondiente. Tenemos la obligacin moral de saborear los buenos momentos a lo largo y ancho de nuestra vida, como tambin de contribuir a la felicidad, al bienestar, de los dems; pero puede que a veces se nos olvide, fruto quiz de la vorgine cotidiana. Recuerde: viva el aqu y ahora; entre otras cosas porque, al escribir sus propias memorias, no sabra usted si referirse a lo que le haba estado pasando, o a lo que tena en la cabeza mientras...

Jos Enebral Fernndez
Director de Contenidos
Alta Capacidad

Titulado en Ingeniera Industrial por la Politcnica de Madrid, Jos Enebral, nacido en Madrid en 1951, se ha dedicado siempre a la formacin de personal tcnico y directivo, de grandes empresas espaolas y de otros pases. Estuvo entre los primeros en dedicarse en Espaa a la produccin de sistemas de Enseanza Asistida por Ordenador y Vdeo Interactivo (1987), sigui luego alternando la formacin en aula con el e-learning, y abordando temas diversos en el desarrollo de directivos: competencias cognitivas y emocionales, calidad de vida en el trabajo, creatividad e innovacin, intuicin en la toma de decisiones, cultivo de valores corporativos, transformacin cultural, liderazgo inter e intrapersonal, gestin del conocimiento, etc. Es conferenciante habitual en distintos foros, y columnista en diversos medios impresos y electrnicos.

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